ENTREVISTA: “Las herramientas que los seres humanos necesitamos para lograr nuestra plenitud son de tan amplia gama e individualidad que la mejor alternativa es tener la mayor cantidad de información disponible”

Entrevista al Dr. Rafael Estay T. -
Diario La Segunda -
29 Noviembre 2008

 

1. ¿Por qué decidió emprender un proyecto como éste? ¿determinó que Jung no es entendido por sus lectores?

Este proyecto partió y se fue reforzando a lo largo del tiempo pues en reiteradas ocasiones, colegas, amigos, pacientes, me pedían les recomendara algo que fuera fácil de leer, comprensible, y que les permitiera conocer y profundizar en Carl Jung. Y la verdad es que no me surgía una respuesta clara de que recomendar. Por un lado, durante mucho tiempo no fue fácil conseguir libros de Jung en Chile, menos aún, libros escritos sobre él, en idioma español y que sirvieran como introductorios a sus planteamientos. Por otro, el mismo Jung se refirió a la dificultad de sus escritos diciendo que sabía de muchos que al abrir sus libros y toparse con algunas citas en latín, los cerraban de golpe. Que requieren de paciencia y reflexión. Agrega textual “Lo se: es muy difícil para el lector que espera ser alimentado por titulares informativos”.

Yo había tenido la experiencia de toparme con esa dificultad. Recuerdo le pedí a Lola Hoffmann que me recomendara algo de Jung para irme metiendo en el tema. Me dijo que leyera Recuerdos, sueños y pensamientos; que es su autobiografía. Durante años me pregunté el por qué de esa recomendación (de a poco fui comprendiendo que cuando Jung escribió ese libro, y cuando Lola me lo recomendó, estaban en el misma etapa final de sus vidas, por lo que era natural una armonía entre ambos). Como yo estaba en otro momento tan distinto de mi vida y con tantas menos experiencias que ellos, fue poco lo que comprendí y lo que se me aclaró acerca de las ideas de Jung. Pero surgió el desafío de lograr entenderlo. Y ese desafío se mantuvo durante el tiempo pues era coherente con mi proceso de individuación. Entonces, a través de “Jung en fácil” he intentado escribir un libro que hubiera agradecido haber tenido en mis manos para ayudarme a desenredar la maraña junguiana. El valor que tiene es que es un material que ha estado siendo lentamente metabolizado y digerido a lo largo de los años.

2. ¿Cuál es la importancia que le atribuye a Jung?

La importancia de Jung la podemos situar en dos aspectos. El primero es uno más político y que con el paso del tiempo ha ido perdiendo la relevancia que en su momento tuvo. Como lo manifestó el propio Freud con respecto a Jung “casi diría que su aparición en escena fue lo que permitió al psicoanálisis escapar al peligro de convertirse en una cuestión nacional judía”. Jung no podía venir de un contexto más alejado del judío vienés que rodeaba a Freud. Era cristiano, hijo y nieto de pastores protestantes y con innumerables familiares religiosos. Además, era un académico que trabajaba en un hospital de Zurich de reconocido prestigio. Así es que, desde la perspectiva del marketing era un estupendo representante de la “causa psicoanalítica” (como le gustaba decir a Freud).

El segundo elemento, que me parece fundamental y que pienso es la razón por la que Jung es y sigue siendo cada vez más atractivo,  es que incorporó la dimensión espiritual. Desde un comienzo no estuvo de acuerdo con Freud en considerar a la religión como una sublimación de otros elementos sino que planteó la existencia de un impulso religioso primario e inherente al ser humano. Jung decía que tanto la existencia como la no existencia de Dios eran igualmente imposibles de probar. Que no tenía sentido plantear que como Dios no era observable con un telescopio, entonces no existía. Eso era caer en un racionalismo extremo. La diferencia radicaba en que la historia de la humanidad había probado la conveniencia de sustentar la creencia en la divinidad. Que la vida adquiría un sentido trascendente haciéndola mucho más grata de vivir y que no era sano privarse de ese sentido. El tener un sentido hace que el ser humano pueda acometer empresas admirables.

3. ¿Por qué en el libro se resalta que no se trata de un texto de auto-ayuda? ¿No es partidario de la apropiación y difusión de algunos conceptos de Jung en esa literatura?

Las herramientas que los seres humanos necesitamos para lograr nuestra plenitud son de tan amplia gama e individualidad que la mejor alternativa es tener la mayor cantidad de información disponible y que esa información se sustente y sea coherente con lo que se promete. Por esa razón no me pareció honesto que el libro se presentara como un texto de auto-ayuda, cuando en realidad esa no fue la intención que tuve, si no, más bien, como su título lo dice, fue pensado como una introducción a la vida y obra de Jung. Por supuesto que eso no descarta que para algunos, y en determinadas etapas de sus vidas, pueda servir como auto-ayuda, y no tendría absolutamente nada de malo, todo lo contrario. Pero es diferente  decir que se trata de un texto de esa naturaleza cuando primariamente no fue pensado ni escrito con ese objetivo.

En cuanto a la segunda parte de la pregunta creo que está respondida más arriba. Pero, no está de más agregar que no tengo ningún prejuicio con la auto-ayuda y si los conceptos de Jung a alguien le sirven para ser más pleno en su vida, bienvenido sean.

4. ¿Cuáles piensa que son las caracterizaciones con que más aportó Jung: inconsciente colectivo, arquetipo, sombra, el simbolismo de la actividad onírica?

El inconsciente colectivo (que aparece mencionado por primera vez en 1916) es un concepto central y está formado por los arquetipos. La sombra es el primer arquetipo con que nos topamos en nuestro proceso de individuación. La genialidad de Jung radica en haberse dado cuenta de lo anterior, haber tenido la suficiente sagacidad e intuición para identificar y expresar dichos conceptos. Sólo me gustaría añadir con respecto al simbolismo de la actividad onírica, que justamente lo que Jung hizo fue destacar la rareza o la excepcionalidad de aquellos. Es decir, por definición los símbolos son elementos inacabados, cambiantes, que no son agotables en sí mismos. O sea, un símbolo nunca puede ser aprehendido en su totalidad, si así lo fuese, ya no sería un símbolo sino un signo. Por ejemplo, si alguien sueña con un elemento alargado, estaríamos en un error de reducirlo siempre a un símbolo fálico, eso sería muy reduccionista. Es fundamental el contexto del soñante. Entonces, cuando digo que los símbolos son una rareza, lo que estoy queriendo decir es que la rareza es que expresen siempre lo mismo, que puedan ser comprendidos casi como si se leyese un manual y que cada símbolo viniese con un significado dado de antemano e independiente de la particular naturaleza y circunstancia del soñante. Y ahí es donde entra el concepto de interpretación subjetiva de los sueños, que fue un gran aporte de Jung.

5. ¿Cómo definiría en términos masivos el proceso de individuación y el concepto de ego?

El ego o yo es el centro de la parte consciente. Lo consciente es aquello de lo que nos damos cuenta, lo que nos es conocido. Entonces, para el yo es muy fácil caer en la tentación de sentirse el centro de todo, identificado sólo con lo consciente. No obstante, a lo largo de la vida es evidente que uno no tiene tal control sobre su devenir como al yo le gustaría. Hay exabruptos del carácter, olvidos inexplicables, equivocaciones, metidas de pata, etc. ¿Cómo entenderlos sin considerar al inconsciente? Antes que surgiera el yo todo era inconsciente. El yo nace del inconsciente. La paradoja es que necesitamos del ego o yo para hacernos conscientes pero el riesgo es identificarnos en demasía con él.

El proceso de individuación es un arquetipo que lleva, que tiende, que propende a la plenitud, a la completud. Esto quiere decir la comunicación más fluida posible entre consciente e inconsciente. A medida que se va incorporando más inconsciente (es decir, más inconsciente va siendo conocido en un proceso de nunca acabar) va surgiendo un nuevo centro de la personalidad, consciente e inconsciente, llamado self o sí mismo. El Self es el centro de la personalidad total, consciente e inconsciente.  Jung dice que el sí mismo es el lugar donde se refleja la divinidad. Es el lugar donde se expresa lo divino y en occidente, el símbolo más frecuente de esa expresión es Jesucristo. Si lo decimos en términos sicológicos, aquella persona realizada habrá logrado la plenitud de su Self. Si lo referimos en términos religiosos, diremos que quien se realizó logró manifestar su unión con Jesús (o con la manifestación religiosa o espiritual que sea más armónica con sus creencias. Para eso Dios es Dios, se acomoda al gusto de sus discípulos. Otra cosa sería estar nosotros poniéndole una limitación a la manifestación divina).

Jung se cuidó mucho que no lo tildaran de místico, teólogo o filósofo. El quería que lo vieran como un médico, un psiquiatra, un científico. Sólo hacia el final de su vida se dio más rienda suelta para hablar sin tanto preámbulo sobre temas espirituales. Por esa razón tuvo el cuidado de hablar del sí mismo como el centro de la personalidad y decir que su expresión es la meta del proceso de individuación.

6.  ¿Piensa que los arquetipos son comparables a los instintos aunque en otro plano?

Jung decía que los arquetipos son un esquema de funcionamiento psíquico de la misma manera que los instintos lo son del biológico. Tanto unos como otros están enmarcados en la naturaleza humana. Expliquemos un poco más. El inconsciente colectivo está formado por los arquetipos que son pautas de desarrollo psíquico. A lo largo de los miles de años que hemos compartido como seres humanos se fue plasmando una determinada manera, humana, de desarrollo tanto físico como psíquico. El arquetipo se refiere a la parte psíquica. No es algo fijo y rígido, es sólo una alternativa. Pongamos al fútbol de ejemplo. Es como si se nos obligara a escoger algún equipo de fútbol. Necesariamente tenemos que ser hincha de alguno, pero gozamos de la libertad de elegir cual, y claro, el medio ambiente tiene algo que decir. En este caso, ahora que Everton salió campeón hay más fuerza psíquica aparejada a esa elección, por lo que, al menos durante un tiempo, van a haber más hinchas de Everton.

Nunca somos conscientes del arquetipo propiamente tal, sólo de sus manifestaciones y hay múltiples arquetipos. Por ejemplo, todos los seres humanos compartimos un cierto saber, arquetípico, de cómo comportarnos como padres o madres. No obstante no existen dos padres o madres iguales, siempre reconoceremos en dichos roles psíquicos una similitud o familiaridad. Y así en una multiplicidad de otras circunstancias y roles (dudas sobre la vida y la muerte, fenómenos de la naturaleza como el trueno, los incendios e inundaciones, los eclipses, etc. Los duelos, los desafíos en la vida, los desencuentros, las desilusiones, las esperanzas, el mismo amor, en fin).

El triste hecho de la muerte del general Bernales, su esposa y comitiva nos permite adentrarnos en la manifestación de un arquetipo. En unos pocos días el país vivió una especie de duelo colectivo. Mucha gente que en forma previa probablemente conocía muy poco del general Bernales se vio genuinamente afectada. ¿Cómo entenderlo?. Es que se constelaron varios arquetipos. Parece obvio, y así ha sido destacado, que el general representaba al padre autoridad y protector, pero benevolente y cercano. Es decir, en él se manifestaba también la “madre” afectuosa, acogedora y capaz de expresar sus sentimientos.  Esa doble cualidad, padre-madre le da una fuerza especial que cuaja colectivamente en la necesidad de ser protegidos pero con amor. Es decir, la figura del general llenó una necesidad arquetípica de la sociedad y por eso su pérdida fue tan colectivamente sentida. En este caso se manifestó una cualidad positiva del arquetipo. Pero hay otros, como en la conducta descontrolada de las barras deportivas, de las protestas, etc. Cuando lo colectivo asume un primitivismo en que lo evolutivo individual no se ve por ningún lado.

Pero no deseo que quede una impresión de que los arquetipos son buenos o malos. Simplemente son. Son como fuerzas de la naturaleza que brotan de nuestra esencia más profunda. El problema sería no considerarlas, que nuestro yo consciente hiciera como que no existe nada aparte de él, que lo inconsciente son pamplinas, ahí radica el peligro.

7. En el libro se revisa la biografía de Jung- ¿Qué piensa de las lecturas que han buscado en él simpatías con el nazismo?

Estoy convencido que dichas acusaciones no son ciertas. El sustento mismo de la sicología analítica junguiana es el proceso de individuación, que por definición es individual. Va contra la naturaleza más íntima de Jung el pertenecer a movimiento social alguno. Él desconfiaba, como buen introvertido, de lo colectivo o masivo. Tanto así, que llegaba a decir que no deseaba que hubiese junguianos (en el sentido que eso podía quitarle libertad a dicho miembro) y que la misma libertad que él le daba a los otros la pedía para sí.

Las acusaciones de antisemitismo partieron en 1934 cuando aceptó presidir la Sociedad Médica General de Psicoterapia de Alemania. Ese año Hitler ya había asumido el poder, la persecución a los judíos se había extendido al ámbito de la psicoterapia y al psicoanálisis, que era visto como una ciencia judía y, por lo mismo, hostigada. Jung pensó que al asumir dicha presidencia  podía ayudar a sus colegas judíos alemanes que estaban siendo expulsados de todas las asociaciones y de hecho, así lo hizo. Jung se daba cuenta de los costos que estaba pagando y así lo hace saber en diversas cartas a sus amigos, muchos de ellos judíos, donde se queja de que lo acusen de antisemita. En una de mayo de 1934 a su amigo J. Kirsch -que había emigrado a Palestina- niega todos los rumores que circulan sobre él y le dice “Usted debería conocerme lo suficiente para creerme…capaz de una tontería tan poco individual como el antisemitismo. Sabe de sobra que considero al hombre en tanto persona y cuanto me esfuerzo siempre en arrancarle de sus determinantes colectivos para hacer de él un individuo…La próxima calumnia a inventar será que sufro de una total ausencia de convicción porque no soy ni antisemita ni nazi. Vivimos unos tiempos desbordantes de locura”.

A Jung se lo podrá catalogar de ingenuo, incluso, como él lo dice “de un idealismo idiota”, pero no de racista ni antisemita. Tuvo múltiples amigos y pacientes judíos (la misma Lola Hoffmann lo fue). Algunos de sus colaboradores más cercanos también lo fueron (por ejemplo, Jolande Jacobi, fundadora del Instituto Jung en Zurich). No olvidemos que su abuelo había sido un conocido filólogo hebreo y ya en el siglo XIX pregonaba el derecho de los judíos a tener una patria en Palestina. Un hecho poco conocido es que Jung participó como analista de inteligencia de los aliados, su nombre en código era el agente 488.

A quien desee profundizar en el tema le recomiendo la exhaustiva revisión que hace Deirdre Bair en su libro Jung, a biography (2003).

8. Es sabido que a partir del concepto de sincronicidad, Jung indagó en distintas mancias (el simbolismo del tarot y la alquimia, la astrología). ¿Qué piensa de este aspecto de su indagación?

En lo concerniente a la sincronicidad, Jung trabajó durante muchos años junto a Wolfgang Pauli, premio Nobel de física en 1945, con quien escribió un libro sobre el tema. En su correspondencia se ve como de a poco va surgiendo el concepto de sincronicidad. Con Einstein se habían conocido en la época en que ambos trabajaban en Zurich. Jung manifiesta que fue quien primero le hizo notar de una posible relatividad del tiempo y del espacio mediado por la psique. Los hallazgos de la física cuántica suministraron un trasfondo científico para que Jung se atreviera a publicar sus investigaciones, pues tenía temor de ser catalogado de “loco y mentiroso”. En 1951, siendo ya un hombre de 76 años, presenta su primera conferencia al respecto,  justamente titulada “Sobre Sincronicidad”. En ella plantea que se trata de la “coincidencia de sentido de dos o más acontecimientos sin una conexión causal“. Un típico ejemplo de sincronía es el siguiente: a todos nos ha sucedido que nos recordemos de alguien de quien hace tiempo no sabemos y a poco transcurrir recibamos una llamada o nos encontremos con dicha persona.

En el hecho anterior, sincrónico, no hay una relación de causa y efecto directa. Lo que existe es una conexión acausal, como si la consciencia del sujeto captara algo que todavía no ha sucedido en el tiempo y/o espacialmente no es verificable a través de la percepción sensorial, al menos en ese momento. A los occidentales esto nos parece tan raro y fuera de lugar, para un oriental es evidente que todo en el universo está conectado y que cualquier hecho tiene repercusiones múltiples. Jung refiere que la afectividad del observador tiene efectos sobre el espacio y el tiempo (de esto de derivan interesantes consecuencias tanto para las mancias como en otras áreas), las expectativas modifican lo que va a suceder. El principio de incertidumbre nos dice que la mera observación interfiere en lo observado.

La siguiente cita de Jung es atingente, “la propiedad de anular el espacio y el tiempo debe ser inherente a nuestra alma…Hay razón para pensar que sólo lo que llamamos consciencia está encerrada en el tiempo y el espacio, mientras que la parte restante del alma, es decir, lo inconsciente, se encuentra en estado de relativa atemporalidad y aespacialidad”.

9.  ¿Qué impresión tiene de la acogida que tiene el pensamiento de Jung en Chile (en especial, a partir del aporte de L. Hoffmann?

Tengo la impresión de que la difusión es cada vez mayor. En ese mismo contexto llama la atención las innumerables reimpresiones que ha tenido el libro Sueños de Malú Sierra y la nueva reimpresión de Encuentros con Lola Hoffmann de Delia Vergara. Han aparecido cursos, diplomados y magísteres en Psicología Analítica, cuando hace algunos años atrás el sólo conseguir un libro de Jung era difícil. Es decir, la metapsicología junguiana se está haciendo más conocida, más accesible y, también, más necesaria. Pienso que la razón de ello es que incorpora la dimensión espiritual y trascendente del ser humano. No olvidemos que para Jung la libido no es sólo de contenido sexual, sino que expresa ansia o deseo en general (ahí se emparenta con la filosofía oriental, es la fuerza del deseo o del apego la que nos hace retornar una y otra vez). De importancia fundamental es su planteamiento del impulso religioso primario y del proceso de individuación (especialmente en la segunda mitad de la vida).

READ FULL ARTICLE

ENTREVISTA: “Al escribir este libro le fui dando curso a mi propio proceso de individuación”

Entrevista al Dr. Rafael Estay Toloza -
Mundo Médico – www.saval.cl -
28 noviembre 2008

Acercar el pensamiento y la obra del psiquiatra suizo Carl Gustav Jung a especialistas y estudiantes de psiquiatría, así como a sus pacientes y público en general, fue lo que impulsó al médico psiquiatra Rafael Estay Toloza a escribir el libro Jung en fácil.

Su acercamiento a la corriente junguiana se dio gracias a Lola Hoffmann durante los años 80’. “En 1984, una amiga psicóloga me convidó a hacer un taller de sueños con Lola. En esa época yo debo haber tenido unos 27 años y ella 80, por lo que para mí fue muy significativo que alguien que estaba en la última etapa de su vida me dedicara su tiempo y atención para ayudarme a cimentar mi propio camino”, relata el psiquiatra.

Para el profesional, Jung entrega herramientas para dar respuesta a la compleja psicología humana, por eso se ha transformado en un referente indiscutidos del psicoanálisis contemporáneo.

Jung establece que existe un lenguaje común a los seres humanos de todos los tiempos y lugares del mundo, constituido por símbolos primitivos con los que se expresa un contenido de la psique que está más allá de la razón, por lo mismo se le considera uno de los precursores de una nueva estructura del conocimiento.

“Hay un porcentaje de seres humanos para quienes el proceso de individuación es algo que le requiere una atención mayor y otros que no. La única manera que aquellas cosas que están en el inconsciente se metabolicen es sólo haciéndolas consciente”.

Por eso para Jung las imágenes del inconsciente ocupan una gran responsabilidad en el ser humano. La falla en entenderlas o la evitación de la responsabilidad ética, lo privan de su totalidad y le imponen penosos fragmentos de su vida. Por lo mismo, no hay llegada al consciente sin dolor.

Actualmente, el doctor Estay se desempeña como terapeuta psicoanalítico en su consulta privada en Viña del Mar. Además, es profesor del Departamento de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso y miembro activo de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile.

Cómodamente sentado en su bergere negro, el doctor Rafael Estay se sometió a este “análisis periodístico”, desde donde nos confesó que “Jung tenía toda la razón cuando señalaba que la única manera de ser feliz es irse integrando y que la integración sólo se produce cuando le damos curso a nuestro fluir propio, a nuestro propio camino, más aún si nos hayamos en la segunda mitad de la vida, cuando dicha integración se hace más perentoria”.

- Doctor, ¿qué lo llevó a especializarse en el área de la psiquiatría?
- Yo creo que esto tiene mucho que ver con las sincronías de la vida, con el ir identificando qué cosas a uno le gustan. Yo, en realidad, tenía aceptada una beca en pediatría en Gales, pero como el año académico acá termina en diciembre y en Europa comienza en septiembre u octubre todos esos meses me permitieron tener la tranquilidad de consciencia y la distancia necesaria como para poder mirar las cosas y preguntarme qué es lo que de verdad quería hacer. De ahí se me fue aclarando que quería ser psiquiatra y no pediatra. Lo más interesante es que me convertí en psiquiatra de adultos no de niños o jóvenes. Llevo más de 20 años en esto y todavía me entretengo.

- ¿Cuándo comenzó a acercarse a Jung?, ¿cuándo lo conoció?
- No sé cuando lo conocí.

- Cuándo lo hizo “consciente” entonces…
- Me hice consciente de Jung cuando en el primer año de la beca, en 1984, una amiga psicóloga me convidó a hacer un taller de sueños con Lola Hoffmann. Yo era el más joven del grupo, yo venía recién empezando y todos los demás ya tenían su buen camino recorrido. Así que a través de ella conocí a Jung. Creo que de una u otra manera ya lo conocía, por algo me llamó tanto la atención formar parte de este grupo. Las primera cosas que leí de Jung no las recuerdo, lo que si tengo grabado fue todo aquello que conocí desde la Lola en adelante. Me hice un análisis con ella, por lo que compartimos muchos años juntos y gracias eso me metí profundamente en Jung.

- ¿Qué nos podría contar de su relación con Lola Hoffmann?
- Tienen que leer el libro.

- A mí personalmente me pareció que además de ser una persona con un gran conocimiento de la psiquiatría era para Usted una verdadera amiga, con todo lo que la palabra significa…
- Sí era una gran amiga. Ella era muy especial. En esa época yo debo haber tenido unos 27 años y ella 80, por lo que para mí era muy significativo que alguien que estaba en la última etapa de su vida me dedicara su tiempo y atención para ayudarme a cimentar mi propio camino. Eso fue para mí muy significativo. Ella me entregó una mirada del mundo que a lo mejor sin conocerla nunca hubiese tenido, mi horizonte se amplió muchísimo a su lado. Es algo muy difícil de transmitir. Las cosas cotidianas de la vida las empecé a mirar con otros ojos y eso nunca se me ha olvidado.

- Me queda la sensación que esta relación entre ustedes, tan sólida y entrelazada, se debe a que los dos se entregaban aquello que al otro le faltaba. Ella le aportaba la experiencia y Usted esa energía vital que ella de a poco estaba perdiendo…
- Quien te dice. Hay una cosa media sincrónica en lo que me comentas, porque Lola veía muy mal, estaba enferma de un ojo y con el otro veía pésimo. Coincidió en que, por esos años, a mí me operaron de los ojos y me hicieron un trasplante de córneas, entonces el tema “ojos” era recurrente en nuestra relación. Finalmente ella se operó con mi doctor y su intervención fue súper exitosa, tanto así que mejoró su calidad de visión enormemente. De una u otra manera yo contribuí a eso, así como ella contribuyó en tantas cosas en mi vida.

- Sobre su trabajo editorial, ¿Cuáles fueron las principales motivaciones para hacer este libro?
- Una de las primeras cosas que me recomendó Lola fue leer Recuerdos, sueños y pensamientos de Jung que es una especie de autobiografía. No sé si fue por incapacidad mía, pero cuando recién me puse a leerlo no entendí nada y parece que eso le sucede a muchas personas. Él es muy complicado, no se le ocurrió hacerle concesiones al lector, ni escribir simple, ni ser ordenado, de hecho a él mismo le llamaba la atención el haber sido tan famoso, porque su presión para escribir nació como una manera de exteriorizar todo el torbellino de ideas que tenía dentro, por eso escribió esencialmente para él. Entonces por eso entenderlo es tan complejo. Sin embargo, uno capta que detrás de esa complejidad hay cosas súper interesantes, por eso para mí fue todo un desafío. Mis pacientes me preguntaban qué cosa fácil puedo leer. En inglés hay mucho, pero en español era difícil encontrar algo que mostrara una sinopsis o panorama más o menos completo de Jung y que, además, se entregara bien digerido y que estuviese en cualquier librería. Esa fue un poco la idea: que hubiese algo accesible para aterrizar a Jung. Además, para mí fue un verdadero placer escribir este libro. Uno siempre tiene que tratar de hacer las cosas entretenidas, no todo en la vida puede ser así, pero uno tiene que buscar la manera de desarrollar la mayor cantidad de acciones desde lo entretenido. Para mí fueron tres años sumamente divertidos que pasaron muy rápido y durante los cuales fui muy apoyado por toda mi familia.

- ¿Qué es lo que busca la psicología junguiana?
- Jung diría que no busca nada. Él decía “yo no quiero que haya nadie junguiano, porque el hecho de que existan significa que se van a estar catalogando de algo que no son, pues el único junguiano –con suerte- sólo puedo ser yo, los demás son otra cosa. Por definición ellos no pueden ser yo”. Eso a mí me pareció notable, porque te da la libertad de ir por tu propio camino. Quien lee a Jung y encuentra cosas que le sirven en su proceso de individuación, fantástico.

- Pero esta libertad que se propone, obviamente, debe estar supeditada a ciertos parámetros. ¿O no?
- Claro. Lo más atractivo de Jung, al menos para mí, es lo que él propone como proceso de individuación, pero tiene otros conceptos que son geniales como el de arquetipo e inconsciente colectivo, esa es su genialidad. Él se dio cuenta de que existe una especie de matriz humana que nos une a todos, que nos hace desarrollar nuestro aparato psíquico de una determinada manera en que necesariamente vamos a tener que desarrollarnos, si se nos dan las condiciones, como seres humanos y no como otra especie. Ese esquema de fondo es lo que él denomina inconsciente colectivo que está formado por los arquetipos. Esto nos permite entender que hay algo que nos une y que tiene ciertas características que están dadas por el sólo hecho de ser humanos. Y uno de esos arquetipos es el que nos permite ir desarrollando lo que el denomina nuestro self, que es la unión de lo consciente con lo inconsciente. Mientras más vamos conociendo nuestro inconsciente, mientras más conciencia tenemos pareciera que somos más felices y tenemos más libertad. Por alguna razón, el ser humano es la única especie –hasta el momento- que se le hace atractivo el conocer, por eso siguiendo esta misma línea de razonamiento, ¿por qué no va ser –entonces- atractivo conocerse a uno mismo? Ese conocerse es ir incorporando cada vez más el inconsciente al consciente y a eso llama Jung proceso de individuación.

- Este proceso se puede entender como aquello que nos impulsa hacia la totalidad
- Es un proceso a lo largo de la vida. Es el camino de ir transformado ese uno en uno mismo, de acuerdo a las propias características e individualidad. Como esto viene de un arquetipo la manera en que, al menos en nuestra sociedad occidental, se manifiesta con más frecuencia es con la imagen de Cristo que representa la perfección, el conocimiento, la felicidad, la armonía, etc. Y eso cómo se manifiesta en la mayoría de las personas, con una sensación de tremenda libertad y sentido a través de lo religioso.

- Esto demostraría que Jung era cristiano…
- Él era protestante. Tenía 10 tíos pastores protestantes por ambos lados de la familia. Su padre era pastor también. La religión siempre estuvo ligada a su vida. Era innato. Siempre se cuidó mucho de aclarar sus posturas. Él decía que el sí mismo no era igual que Cristo, sino que la manifestación psicológica de la totalidad se encuentra albergada en una estructura psíquica que él llamó sí mismo que en términos religiosos sería Cristo. Él estaba convencido de que su vida había tenido un sentido y de que su muerte también la tendría, pues confiaba en que había algo más. No lo dice abiertamente, pero al menos lo da a entender. Lo que muestra una gran diferencia con Freud, que era ateo. Sus cosmovisiones eran totalmente diferentes: Jung tenía un sentido trascendente, Freud carecía de él. El sentido trascendente del ser humano, para Freud, era una sublimación de los impulsos sexuales.

- ¿Sigue siendo el proceso de individuación la principal meta de toda psicoterapia junguiana?
- Es difícil hablar de psicoterapia junguiana. Estrictamente hablando, el facilitar y acompañar al paciente que consulta en su proceso de individuación es algo bien central de la terapia junguiana. Uno no se puede quedar sólo en los síntomas, porque es difícil aliviarlos si es que el sentido dado a través del proceso de individuación no está más o menos armónico o acorde con lo propio. El self es lo más propio de uno, pero cuando aquello que nos rodea no nos ha facilitado las herramientas para desarrollarlo armónicamente, el self se manifiesta como una especie de falso self. Mientras más discrepantes sean estas dos manifestaciones o, más claro, mientras más uno viva con una identidad que no es la propia, se está condenado a la neurosis. Mientras más armónico sea ese falso self con el fluir, mejor. El self lo que busca es incorporar la mayor cantidad de información inconsciente al yo. Jung le da al hombre las herramientas para decidir cuál es el camino propio y lo aleja del determinismo.

- ¿Qué tan importantes eran para Jung los sueños?
- Para Jung los sueños eran muy importantes, por eso prestó mucha atención a las ensoñaciones que le contaban sus propios pacientes. Él se dio cuenta que no eran manifestaciones azarosas, sino que tenían como función ir expresando o ayudando al ser humano en su proceso de individuación. No todos los sueños entran en esta distinción. Él los divide en compensatorios y no compensatorios. Los primeros son aquellos que van a tratar de equilibrar al conciente con el inconsciente. Así como nosotros tendemos a regular la temperatura de nuestro cuerpo, el inconsciente tiende a regular el funcionamiento de la psique a través de los sueños. En una primera etapa se van a encargar de mostrarle al individuo aquellas cosas que no quiere ver y eso se da a través del arquetipo de la sombra, que son como los defectos personales que uno trae desde la infancia junto a los que se van incorporando a lo largo de la vida. Una vez que uno tiene más o menos trabajado ese aspecto viene el proceso de integración del anima/animus, que es la parte constitutiva de la personalidad correspondiente al otro sexo, lo femenino en el hombre es el anima y lo masculino en la mujer es el animus, sólo así se puede lograr la expresión de la última imagen que es el self o sí mismo, que como arquetipo de la totalidad sólo se va a dar cuando estén los otros elementos antes mencionados de manera integrada o en armonía. Hay que tener claro que este arquetipo del self o sí mismo es un supuesto. El lenguaje del consciente tiene que ir incorporando al del inconsciente, por eso a veces los encontramos tan raros.

- Por último doctor, ¿la falta de sentido de la vida era para Jung una enfermedad psicológica?
- Una vida llevada sin sentido es una vida a la que le va a faltar un plus que es mejor tenerlo que no tenerlo, sobre todo cuando uno se va aproximando a algunas instancias o circunstancias de la vida. Si uno le da un sentido y si éste es trascendente, lógicamente va a ser más fácil llevarla. Jung dice “no hay como probar que Dios existe o que no existe, pero la historia de la humanidad ha demostrado que es mejor sustentar la creencia de que existe, porque sirve adaptativamente”. Va a ser más fácil enfrentarse a la muerte, si se cree que después uno encuentra una vida eterna feliz. Nadie tiene una garantía, pero es una conducta adaptativa que ha existido siempre en todas las culturas. Cuando se gatilla el proceso de individuación no hay retorno. Lo que ya te satisfizo, ahora ya no te va a satisfacer. No es posible volver al equilibrio previo. Porque la punción de preguntarte es constante y cuando se manifiesta, sólo hay que seguirla.

SAVALnet
Copyright © 2012 Laboratorios SAVAL
Todos los Derechos Reservados
Email: www@saval.cl

READ FULL ARTICLE