Las cinco edades del cerebro humano: un nuevo modelo del desarrollo a lo largo de toda la vida
Basado en el estudio Topological turning points across the human lifespan (Nature Communications, 2025)
Mousley, A., Bethlehem, R.A.I., Yeh, FC. et al. Topological turning points across the human lifespan. Nat Commun 16, 10055 (2025). https://doi.org/10.1038/s41467-025-65974-8
En noviembre de 2025, un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge publicó uno de los análisis más amplios y sofisticados sobre el desarrollo cerebral humano. A partir de más de 4.200 resonancias magnéticas de difusión (diffusion-MRI), los autores identificaron cuatro puntos de inflexión neurobiológica que dividen nuestra vida en cinco “edades cerebrales” con organización interna distintiva.
Este enfoque proporciona un nuevo marco temporal para comprender procesos cognitivos, emocionales y clínicos, destacando que la madurez cerebral no se alcanza hasta alrededor de los 32 años, mucho más tarde de lo que tradicionalmente se enseñaba.
Metodología: cómo se mapeó el cerebro a través del tiempo
El estudio utilizó:
1. Resonancia magnética de difusión (dMRI)
Esta técnica permite reconstruir las rutas por las cuales viaja la información en el cerebro, revelando su conectoma estructural:
- haces de materia blanca,
- conexiones entre regiones,
- densidad, integridad y direccionalidad del flujo neuronal.
2. Algoritmos de topología cerebral (network topology)
Los autores evaluaron cómo cambia la organización global del cerebro utilizando métricas como:
- eficiencia global,
- modularidad,
- integración y segregación funcional,
- fuerza y “centralidad” de conexiones clave.
3. Muestras diferenciadas por etapa vital
Se incluyeron sujetos desde recién nacidos hasta 90 años, generando una curva continua del desarrollo.
4. Identificación matemática de “turning points”
Se aplicaron modelos no lineales para detectar cambios bruscos en la arquitectura cerebral, delimitando así las cinco edades.
Principales hallazgos: las cinco edades del cerebro humano
Los investigadores identificaron cuatro transiciones abruptas a los 9, 32, 66 y 83 años.
Cada transición marca una reorganización profunda de la red neuronal.
1. Infancia (0–9 años): plasticidad máxima y expansión conectiva
Cambios clave:
- Rápido crecimiento de la materia blanca.
- Altísima plasticidad sináptica.
- Formación de redes sensoriales y motoras.
- Conectividad global en aumento continuo.
Importancia clínica:
- Periodo extremadamente sensible a ambiente, apego y experiencias tempranas.
- Alta capacidad de recuperación y reorganización.
2. Adolescencia ampliada (9–32 años): refinamiento y vulnerabilidad
Este es uno de los hallazgos más disruptivos:
la adolescencia neurobiológica se prolonga hasta los 32 años.
Cambios:
- Poda sináptica intensa.
- Reorganización de redes socioemocionales.
- Maduración lenta de la corteza prefrontal.
- Mayor integración entre redes ejecutivas y emocionales.
Relevancia clínica:
- Es la etapa de máxima incidencia de trastornos psiquiátricos:
- ansiedad,
- depresión,
- bipolaridad,
- trastornos por uso de sustancias.
- El cerebro sigue siendo muy maleable frente al estrés crónico.
- A los 20 un individuo es funcionalmente adulto, pero aún no neurobiológicamente maduro.
3. Adultez temprana (32–66 años): eficiencia y estabilidad
Cambios:
- El cerebro alcanza su máxima eficiencia topológica.
- Las redes ejecutivas y el control emocional logran su punto más integrado.
- Se mantiene un equilibrio óptimo entre especialización y flexibilidad neuronal.
Relevancia clínica:
- Los patrones de personalidad son más estables.
- Mejor regulación emocional.
- Se observan picos en habilidades profesionales complejas, toma de decisiones y creatividad aplicada.
4. Envejecimiento temprano (66–83 años): reorganización gradual
Cambios:
- Lenta reducción de conectividad interregional.
- Cambios en redes de atención y memoria de trabajo.
- Mayor costo energético para tareas complejas.
Importancia clínica:
- Aumenta el riesgo de deterioro leve.
- Sin embargo, se mantienen o incluso mejoran:
- lenguaje,
- razonamiento cristalizado,
- conocimiento adquirido.
- La reserva cognitiva es modulable por estilos de vida.
5. Vejez tardía (83+ años): disminución marcada de conectividad
Cambios:
- Reducción más acelerada de materia blanca.
- Fragmentación de redes funcionales.
- Aumento de vulnerabilidad a patologías neurodegenerativas.
Relevancia clínica:
- Los factores protectores (ejercicio, vínculos, aprendizaje) se vuelven críticos.
- La variabilidad individual es grande: algunos cerebros se mantienen sorprendentemente robustos.
¿Por qué este estudio es importante?
✔ Reformula el concepto de adultez neurobiológica: antes se asumía madurez a los 18–25 años; ahora se sabe que ocurre recién a los 32.
✔ Explica por qué emergen tantos trastornos mentales en la juventud.
✔ Abre un marco para intervenciones preventivas según etapa cerebral.
✔ Permite reinterpretar síntomas, conductas y cambios cognitivos del envejecimiento.
✔ Revela oportunidades para potenciar plasticidad en cada fase.